El sistema nervioso central (cerebro-cerebelo-médula espinal) se encuentra recubierto por una membrana o “envoltorio” denominada meninge, cuando ésta se inflama constituye la denominada meningitis.
Existen variadas causas que condicionan esta inflamación, desde gérmenes como virus, bacterias, hongos, a factores tóxicos o climáticos (insolación).
Lo cierto es que dada la ubicación, los síntomas que se producen son notorios y es por eso que los pacientes tienen, generalmente, cefalea, que llega a ser intensa, de tipo gravitativo y que no calma con analgésicos comunes, a esto se le suma la presencia de irritabilidad del sistema nervioso central y por eso estas personas sienten una especial sensibilidad a cualquier estimulante externo, y entonces presentan fotofobia o molestia a la luz, malestar a los ruidos o a los movimientos bruscos, con la presencia de distintos grados de alteraciones de la conciencia (desde el estado de somnolencia hasta el coma).
Además pueden tener vómitos en forma de chorro, sin náuseas, tendencia al aislamiento en oscuridad y a adquirir una típica posición en la de cama de decúbito lateral denominada en la jerga médica como en gatillo de fusil, y cuando la causa es infecciosa aparece la fiebre.
Esta enfermedad puede aparecer a cualquier edad. El mayor riesgo de enfermar y morir por esta enfermedad radica en los menores de 5 años, remarcando a la vez, que en el caso de niños o neonatos la prevalencia ha cambiado gracias a los planes de vacunación, sobre todo para el germen Haemophilus, lo cual nos hace ponderar el valor de la vacunación.
Siendo las más afectadas aquellas personas con ciertos déficits inmunológicos (bajas defensas) o por descuidos en el control de enfermedades infecciosas comunes como son las faringitis, las neumonías, las sinusitis, o las otitis.
El pronóstico depende del diagnóstico y del tratamiento precoz, ya que si éstos no se corresponden en tiempo y forma la mortalidad de esta patología puede ser importante.
El tratamiento corresponde al profesional médico dependiendo del agente causal y del estado del paciente, lo que sí está claro y es uniforme es que ante este diagnóstico el paciente debe estar internado y requiere de metodologías diagnósticas específicas, como una punción lumbar para certificar el diagnóstico y su causa específica a los fines de realizar un tratamiento correcto.
Gracias al plan nacional de vacunación ha disminuido su incidencia, como es el caso del haemophilus (dentro de la vacuna cuádruple), y en menor medida del neumococo.
Por ello, la prevención es fundamental en esta patología, por lo que se recomienda:
- Cumplir con el Plan Nacional de Vacunación.
- No descuidar las enfermedades infecciosas comunes, como faringitis u otitis, porque pueden ser el punto de partida de una meningitis.
- Evitar el hacimiento pues favorece el contagio de enfermedades.
- Tener prioridad en una alimentación saludable, no significa abundante o costosa.
- Consultar a un profesional médico y no acudir a la automedicación.
- Higienizar los utensilios (cubiertos-vasos-platos) con lavandina.
Dr. José A. Nayi
Médico, Especialista en Medicina Interna
Especialista en Cardiología
Master en Medicina Vascular
E-mail: josenayi@hotmail.com