jueves, 6 de octubre de 2011

Diabetes

En la actualidad, la diabetes es una enfermedad que se encuentra en franco aumento en la población general y en íntima relación con otra enfermedad que también se encuentra en crecimiento continuo, como es la obesidad.


     En la Argentina la prevalencia es del 8,6%, y en pacientes mayores de 60 años asciende al 20%, con cerca de 300.000.000 de pacientes diabéticos en el mundo, presentando una leve predisposición en el hombre con respecto a la mujer.

     Se consideran dos tipos de diabetes, la tipo I que a su vez se divide en tipo A o autoinmune, porque en esta modalidad se considera un mecanismo relativamente conocido, y en donde las defensas o el sistema inmunológico juegan un rol fundamental, porque tal vez por exposición a ciertas infecciones virales o por exceso de limpieza a temprana edad que no permite un normal desarrollo inmunológico o por adicionar alimentos sólidos en los bebés prematuramente ( antes de los 4-6 meses), que puedan generar una respuesta anormal de las defensas, pueden terminar con el desarrollo de una respuesta defensiva contra el mismo organismo, y en este caso contra las células del páncreas que generan la hormona fundamental para el manejo de la glucemia o azúcar en la sangre, y de esta manera, al no haber suficiente cantidad de esta hormona se produce esta enfermedad.

     Por otra parte, existe dentro de la tipo I, la tipo B, de la cual se desconoce su causa hasta el momento. Lo cierto, es que también bajo esta modalidad, se está demostrando que están sumando los nuevos casos con este tipo de diabetes, al punto de establecerse que ese incremento llega al 4% por año.

     Por otro lado, la otra forma importante de esta enfermedad es la denominada tipo II, que representa al 90% de los diabéticos; es considerada como una enfermedad mucha más compleja que antes, ya que se la toma como una enfermedad de tipo metabólica al estar íntimamente relacionada con una serie de otras alteraciones, como la hipercolesterolemia, el ácido úrico elevado, la obesidad, trastornos de la coagulación, trastornos de las proteínas, entre otras, que tienen como consecuencia final el daño vascular (arterial), lo que genera el deterioro en prácticamente todos los órganos del cuerpo.

     Tal es así, que hoy en día la obesidad, se convierte en el principal aliado del daño, de tal forma que a la cirugía bariátrica (cirugía para bajar de peso) se le está dando más importancia al efecto preventivo sobre el aparato cardiovascular que sobre el mero descenso del peso.

     Frente a este panorama, es muy recomendable, no sólo apegarse a los hábitos de vida saludable como principal mecanismo para evitar esta enfermedad (hacer ejercicios, comer saludablemente, evitar fumar y el exceso de alcohol, entre otros aspectos), sino también hacerse un control de la glucemia (ver cómo está el nivel de azúcar en sangre).

     Así es que a toda persona con igual o más de treinta (30) años se le recomienda hacerse por lo menos una glucemia en ayunas y luego cada cinco (5) años si el valor es normal; si además existen antecedentes hereditarios, este control debe hacerse a edad más temprana, o sea que no es necesario tener síntomas para detectar la diabetes, porque en la actualidad sabemos que pueden pasar hasta diez (10) años ejerciendo efectos nocivos sobre el aparato cardiovascular y no tener ningún síntoma, por lo que cuando éstos aparecen, ya es tarde.


Dr. José A. Nayi
Médico, Especialista en Medicina Interna
Especialista en Cardiología
Master en Medicina Vascular
E-mail: josenayi@hotmail.com




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